Thursday, January 08, 2004

¿Qué ocurre cuando alguien te cae mal? Pues, entre otras cosas, lo que dice la Ley de Murphy: te lo encuentras hasta en la sopa. Y fíjense que aunque yo no soy de cuchara, algo así me ha pasado con Arturo Pérez Reverte estos días. La verdad es que no sé por qué siempre he sentido cierta antipatía hacia este buen hombre. El caso es que, de un tiempo a esta parte, cuando termino de desayunar y enfilo mi camino hacia el trabajo, me topo con una hilera de 'El caballero del jubón amarillo' en los escaparates de El Corte Inglés. Ahí, mientras ando escuchando mi discman, toda tranquila, me asalta la voz de mi conciencia y, entre interferencias, escucho: "Joder, tía, todavía no te has leído 'La piel del tambor'". Hasta he llegado a creer que me cae mal porque me avergüenzo de no haberme leído este libro. Les he dicho que no soy de cuchara, no? Pues nada, otro plato. Cuando llego al curro, mi jefe me hace una comparación exhaustiva entre el despido de Ángela Rodicio como corresponsal en Jerusalén y la salida de Arturo de TVE con su 'Territorio comanche' de fondo. De nuevo, la subnormal de la voz de mi conciencia: "Tía, ¿qué haces que no te lo lees ya?". Grrrr...
Bueno, pues hace unos días, en el AVE, llegó a mis manos, no sé cómo, una revista Telva -con una tal Marie-Chantall Miller que decía que me iba a enseñar su armario, toma ya-. Ayyy, pero qué ingenua soy!!. Yo creyendo que me encontraría con algún truquillo para acabar con el maldito grano que me estaba dando la lata... Y leo lo siguiente: "Habla tan rápido como piensa, pero piensa tan lúcidamente como escribe". ¿Pero qué pintaba Arturo Pérez Reverte entre consejos de moda, belleza y decoración? Aquella vez logré engañar a mi conciencia con el catálogo de venta a bordo. Lo que no impidió que yo misma me dijera: “O te compras el dichoso libro o te lo compras ya, imbécil”.
Anoche me apetecía ver El sastre de Panamá. Pero tenía sólo dos opciones: el partido R. Madrid-Eibar o Jesús Quintero y sus ratones coloraos. Evidentemente, me fui a ver el fútbol. Que noooo, que me decanté por el perro verde y... adivinen: otra vez el señor Arturo Pérez Reverte, diosssss!!!! Ahora, para colmo, esa forma de hablar, ese modo de expresarse... me recordaban a alguien. En fin, que creo que me voy a aficionar y todo a este señor. Por cierto, la madre de Ignatius Rielly –en el libro que me estoy leyendo- padece “arturitis”. Uff, menos mal que el fútbol mueve masas y hasta mi voz de la conciencia se fue a celebrar el golazo del Eibar. ¡Qué pesada!

Nota a mi voz de la conciencia: “Tú, imbécil, me leeré 'La piel del tambor' por que me dé la gana, no por que tú me lo digas”.

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