Thursday, January 08, 2004

-Prueba.
-Perdone, señora.
-Una caja de Prueba, que no hay en la estantería, señorita. A ver si reponemos.
-De acuerdo, señora. Enseguida se la traigo.

Os juro que si no llego a ver a la nieta de esta clienta insoportable con la cara churreteada y con un biberón en la mano, jamás hubiera intuido que lo que quería era una caja de leche Puleva. Son la cosas de trabajar en directo (jajaja), como dice la bruja Lola.
Bueno, hoy ha sido un día duro, sobre todo, cuando tienes que aguantar los rollazos que te suelta tu jefe. Que si su niño se va a una conferencia a los madriles, que si esta mañana ha estado con Monteseirín y Acebes, que si un día le va a traer el Pulitzer. ¡Pero qué Pulitzer ni qué ocho cuartos! El que tiene que pulir los cristales de la vitrina del queso es él, en vez de contar historietas y entretener a sus empleados. Yo entiendo que Felipe, que así se llama el señor, soñara con irse a la guerra como reportero. No sé si se acuerdan, pero él fue quien me hizo la comparación entre Ángela Rodicio y Pérez Reverte. A veces hasta lo entiendo, pero creo yo que su hijo no quiere saber nada de trincheras. De las ruedas de prensa no pasa. Pero qué cruel soy. Pues ya está, que hoy estoy espesa. Voy a ver si deshago los grumos del cola cao (con leche de Carrefour -mi sueldo no da para más-) y me voy a la cama. Mañana viene el camión de reparto. A ver qué tal está el repartidor. Mmmmm...

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