Friday, November 28, 2008

Tengo un esclavo

Lo voy a confesar: tengo en casa a un esclavo desde el martes. Desde que me levanto hasta que me acuesto, le estoy dando órdenes constantemente, como esclavo mío que es, claro. Si estoy arriba y el ordenador está abajo, le exijo que me lo suba. Al contrario, también. Me pone y me quita la mesa aunque él esté comiendo en ese momento. No friega, pero enchufa el lavavajillas. Tuve primero, eso sí, que decirle dónde colocar la pastillita. Baja a comprar todos los caprichos que se me antojan: huesitos, nesteas, chopped de pavo, libros, pelis, sobres y sellos para el extranjero... Me tapa con una manta cuando estoy en el sofá. Por muy malas que sean, escucha todas las canciones que compongo con la guitarra. Se ríe con todos mis chistes malos. Me prepara la ducha. Me extiende la toalla más suave del armario. Juega conmigo a la escoba cuando a mí me da la gana. Me sube el desayuno de mi bar preferido. Compra todos los periódicos. A veces, cuando lo dejo descansar un rato, me escribe cuentos. Y durante el escaso tiempo que le doy para dormir, va y se mete en mi cama. No escarmienta.

5 comments:

Anonymous said...

de nada

Sebastián Ruiz said...

Me ha encantado, en serio, precioso.

Capitán Haddock said...

Cómprale una flauta, una cesta de mimbre y una cobra y pídele que la haga bailar, seguro que te ríes un rato...

Tú o yo said...

Error: se ha dado cuenta de que es mi esclavo.

Tú o yo said...

Error: se ha dado cuenta de que es mi esclavo.