Sunday, November 30, 2008

Sálvase quien pueda

¿Debería haberse quedado Esperanza Aguirre en Bombay hasta que todos los miembros de la delegación hubieran estado subidos en el avión de vuelta? Pues yo no lo sé. Verle los tres pies al gato no es ninguna tontería. Corres el riesgo de que te llamen cobarde. O te sientas cobarde, que es peor. En La tempestad, Shakespeare nos recrea una situación parecida pero a la inversa: es el poderoso, el rey de Nápoles, a través de su consejero, el que pide ayuda al contramaestre, que deja claro que su culo es más importante. "Recuerda a quién tienes a bordo", dice el consejero en referencia al monarca. "Nadie a quien estime más que a mí mismo", responde el contramaestre. La vida.

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