Friday, February 27, 2004

Hoy me habría conformado con cualquier cosa. Con unos macarrones del Ginos. Quizás con una película de vídeo. O puede que con un sofá cómodo donde estirar las piernas. Pero no. Una vez más, las cosas, por sencillas que parecen, se enredan y me arrojan a su enredo sin consideración alguna. Al final, la vida me enseña a ponerme el delantal para no mancharme de tomate cuando no puedo ir al Ginos. Y cuesta, pero me acostumbro a atarlo a mi cintura como algo cotidiano. ¿Que el videoclub está cerrado o me da vergüenza ir porque me acosan a llamadas para que devuelva la cinta de hace tres meses? No pasa nada. La vida también se encarga de recordarme que la película tan sólo es alquilada. No sin dolor y con recargo, la entrego. Y sustituyo la tarde con cualquier bodrio de la tele. Pero qué va. La vida tampoco me deja sola cuando le pido cuentas por las cuatro tablas que me vendió por sofá, porque me recuerda que el lote incluía unas cuantas sillas. Acabo recogiéndolas del montón donde yacían arrumbadas. Y no me queda otra opción que desplegar mis piernas sobre ellas.
Hoy me habría conformado con cualquier cosa. Pero me voy a la cama sin nada. Sin ni siquiera sueño, sin ningún sueño que borre el desencanto.

No comments: