Sunday, November 30, 2008

Sálvase quien pueda

¿Debería haberse quedado Esperanza Aguirre en Bombay hasta que todos los miembros de la delegación hubieran estado subidos en el avión de vuelta? Pues yo no lo sé. Verle los tres pies al gato no es ninguna tontería. Corres el riesgo de que te llamen cobarde. O te sientas cobarde, que es peor. En La tempestad, Shakespeare nos recrea una situación parecida pero a la inversa: es el poderoso, el rey de Nápoles, a través de su consejero, el que pide ayuda al contramaestre, que deja claro que su culo es más importante. "Recuerda a quién tienes a bordo", dice el consejero en referencia al monarca. "Nadie a quien estime más que a mí mismo", responde el contramaestre. La vida.

Una extraña pareja

"Ciertamente, tú y yo formamos una extraña pareja. Todo en ti depende de mí, y todo en mí depende de ti: si enfermas, yo enfermo y si muero, tú mueres. Pero no puedo comunicarme contigo, ni tú conmigo. En medio de la que, tal vez, es tu sabiduría infinita, no conoces ni siquiera mi cara, mi edad ni el idioma en que hablo. Ignoras de dónde vengo, dónde estoy, qué hago en la vida. Si tú quisieras imaginarme no tendrías siquiera un solo elemento para adivinar si soy blanca o negra, joven o vieja, alta o baja. Y yo sigo preguntándome si eres o no una persona. Nunca dos seres extraños ligados al mismo destino fueron más extraños entre sí que nosotros. Nunca dos desconocidos que compartieran el mismo cuerpo fueron recíprocamente tan desconocidos ni estuvieron tan lejos el uno del otro". Carta a un niño que nunca nació, Oriana Fallaci.

Noa

Anoche conocí a Noa en un bar. Era rubia, tranquila pero inquieta. No hablaba con nadie. Tampoco bebía. Estaba con su perro. No le hacía caso. Dibujaba sobre postales publicitarias figuras abstractas. Se acercó, de repente, a mi mesa. Me dio su boli sin hablar. Era rojo. En una mano le dibujé un sol y un reloj. En la otra, una luna. "Y la estrella", balbuceó. Y le hice una pequeñita junto a la luna. No conseguí que me dijera qué hora era. Pero cuando se fue, sin prisas, me dijo adiós con la mano. Se me habían olvidado las manecillas.

Saturday, November 29, 2008

Qué le vamos a hacer

Acabo de ver Atrapado por su pasado. Me ha puesto muy triste. Y como no quiero que mi sueño de esta noche termine como el de Al Pacino, cuelgo, antes de irme a dormir, estas frasecitas de Bertín Osborne. Son sobre un nuevo hijo que acaba de nacer:

"El niño es más feo que un demonio, tiene un 36 de pie y me ha salido como el jardinero, tiene el pelo muy largo y muy negro, se le pueden hacer rastas y todo. Tiene grande todo, no te puedes imaginar qué cosa tan horrorosa".

"El bebé es mono, mono, mono, vamos, un mono; ayer subí a verlo y me lo encontré enganchado a la lámpara. Es horroroso, pero supongo que mejorará con la edad. Todos han salido monísimos, pero éste ha salido horroroso, ¡qué le vamos a hacer!".

Esperanza



La hemos visto todos miles de veces en la esquina de la Plaza de la Encarnación, en Sevilla. Paco Puentes García nos acerca a una conocida desconocida.

Lo que tú digas

Meryl Streep le habla de un perro feroz amarillo. Clint Eastwood, al verlo, dice que cree que es blanco. Maryl Streep zanja la conversación: no, es amarillo. Este diálogo es de lo poco que me gustó de Los puentes de Madison. El perro, evidentemente, era blanco, como los platos azules de mi vajilla, que son grises (y hondos, no cuencos).

9' 15'' de este trocito:

Friday, November 28, 2008

Tengo un esclavo

Lo voy a confesar: tengo en casa a un esclavo desde el martes. Desde que me levanto hasta que me acuesto, le estoy dando órdenes constantemente, como esclavo mío que es, claro. Si estoy arriba y el ordenador está abajo, le exijo que me lo suba. Al contrario, también. Me pone y me quita la mesa aunque él esté comiendo en ese momento. No friega, pero enchufa el lavavajillas. Tuve primero, eso sí, que decirle dónde colocar la pastillita. Baja a comprar todos los caprichos que se me antojan: huesitos, nesteas, chopped de pavo, libros, pelis, sobres y sellos para el extranjero... Me tapa con una manta cuando estoy en el sofá. Por muy malas que sean, escucha todas las canciones que compongo con la guitarra. Se ríe con todos mis chistes malos. Me prepara la ducha. Me extiende la toalla más suave del armario. Juega conmigo a la escoba cuando a mí me da la gana. Me sube el desayuno de mi bar preferido. Compra todos los periódicos. A veces, cuando lo dejo descansar un rato, me escribe cuentos. Y durante el escaso tiempo que le doy para dormir, va y se mete en mi cama. No escarmienta.

Thursday, November 27, 2008

Laura



Es Laura León, aunque para mí es Laura. Muchas veces me habló, en esas divertidas excursiones laborales que nos hacemos a menudo, de esas mujeres palestinas jugando al fútbol, intentando superarse, haciendo de la igualdad su lucha diaria. Laura, con su cámara, guerrea para mostrarlo al mundo en jornada continua. Y siempre gana. Estos días, además, su victoria cotidiana ha sido recompensada con unos cuantos euros, que tampoco vienen mal. Es, sin duda, el gol más merecido del partido. Enhorabuena!

Wednesday, November 26, 2008

África

Leyendo un post de Una noche más... una noche menos, me acordé de esta fotografía de Javier Hernández. Me tocó comentarla en su exposición El vuelo del alcatraz, resultado de varios años sobrevolando el litoral andaluz a bordo de un paramotor. Hernández es, además de fotógrafo, licenciado en gestión medioambiental.



Descendí un poco más para asegurarme de que aquel punto verde era una patera. Y ahí estaba: África entera, cargada de esperanza, intentando cruzar el Estrecho.

Monday, November 24, 2008

Rescates con gracia

"¡Hasta que no venga Ana Rosa Quintana, nadie sale de aquí". Una mujer ha sido detenida en Lugo por retener a sus caseros. Exigía la presencia de la presentadora. La historia me recuerda a la de aquel atracador que pidió cerveza sin alcohol y una moto para huir.

Su libro, su casa (y II)

En su casa estaba ella. No dijo nada. Le quitó las cinco hojas. Las metió en la lavadora. Eran ya las nueve de la noche. Follaron mientras centrifugaba. Luego ella puso las hojas a secar. Al día siguiente, a las cuatro de la tarde, el chico volvió a entrar.

Su libro, su casa (I)

El chico entró. Eran las cuatro de la tarde. No había nadie en el salón. Oyó un ruido en la cocina. No había nadie. Cogió un libro de la estantería. Rompió cinco hojas. Las guardó en el bolsillo izquierdo de su pantalón. Oyó un ruido en el baño. No había nadie. Subió las escaleras. Casi cae rodando. Perdió una hoja. Se marchó. El chico llegó a su casa. Lloró. No pudo terminar de leer el mejor capítulo de su historia. Allí tampoco había nadie. Volvió. Eran las cinco de la tarde. El chico entró. La hoja estaba en la escalera. En el último escalón. Seguía sin haber nadie. No oyó ningún ruido. La guardó en su bolsillo derecho. Se fue. Sacó cuatro hojas de su bolsillo izquierdo y una del derecho. Y leyó tranquilamente lo que había ido a buscar. En su casa.

Sunday, November 23, 2008

Las sábanas rojas (y II)

"¿Dónde estamos?, preguntó ella. En mi casa, dijo el duende. Tienes que ayudarme. ¿Otra vez? ¿En qué lío te has metido ahora?, dijo ella. El duende empezó a llorar. Mi madre ha desaparecido. Hay un hueco nuevo en este mundo y se ha colado por ahí. La seguí y volví a aparecer en el mismo sitio, delante del hueco, pero cojo y con este parche, sollozó el duende. Vamos allá, dijo ella. Se acercaron al hueco. Venía un viento frío y sucio, no se veía el final. Yo no quiero entrar, dijo el duende. Vale, vale, dame un dado, vamos a tirarlo dentro, a ver qué pasa, respondió ella. Así lo hicieron. Un dado blanco con puntos negros reapareció al instante, pero en vez de seis caras tenía siete. Hay que tirarlo otra vez, dijo ella. Lo tiraron y el hueco devolvió el primer dado. Ahora entra tú, dijo ella. ¡No!, no quiero, gritó el duende. La mujer lo cogió y lo lanzó dentro. El duende reapareció como nuevo y se puso a dar saltos hasta que se cayó de nuevo en el hueco y, sin darse cuenta, estaba cojo otra vez. ¡Jajaja!, se rió ella. Ahora tendrás que entrar ahí otra vez. El duende así lo hizo y apareció sin lesiones. Esta vez no saltó, estaba asustado. Tu madre no está ahí, dijo ella. Está en mi casa durmiendo. ¡¿Cómo?!, dijo el duende. Jajaja. Sólo te había gastado una broma, dijo ella. ¡Vamos! Y en la cama de las sábanas rojas estaba la madre duende.

Las sábanas rojas (I)

Tengo la enorme suerte de que a veces me regalan cuentos. Y éste es uno de ellos.

"Se quedó dormida entre las sábanas rojas. Sólo asomaba la pequeña cabeza y el pelo rubio y desordenado. No era de noche ni tampoco de día. Una araña caminaba por el techo. Ella frunció el ceño y desapareció. La mujer dormida movió la nariz, que le picaba, y un pequeño duende azul, del tamaño de un dedal, se materializó sobre su barriga, por encima de las sábanas rojas. El duende estaba cojo y tenía un parche morado en el ojo derecho. Ella se despertó, lo miró y lo saludó. ¿Tú otra vez?, dijo mientras la despertaba. ¡Eh! Ten cuidado, dijo el duende, casi me tiras. ¡Oh! Perdón, respondió ella, ya casi despierta. ¿Qué quieres ahora? ¿Y por qué estás cojo? ¿Y ese parche? Demasiadas preguntas, dijo el duende, vamos de viaje. Cierra los ojos, vamos. Ella cerró los ojos, el duende se tiró un pedo y ambos desaparecieron de la habitación. El duende, al poco, aprovechó de nuevo, recogió la maleta que se había olvidado y se esfumó con rapidez".

Saturday, November 22, 2008

Ahora que el mundo está en manos de unos cuantos...

"Hago esta canción para ti,
Señor del Mundo,
que lo tienes todo,
menos esta canción".

La energía de los esclavos, Leonard Cohen.

Saturday, November 15, 2008

Historia colapsada

"La historia le hará justicia", dice Aznar de Bush. "La historia demostrará que Bush ha sido un grandísimo presidente", asegura también el amigo Berlusconi. "La historia juzgará a Aznar de forma muy elogiosa", respondió Rajoy sobre su mentor. "La historia me absolverá", sentenció Castro de sí mismo hace ya muuuuchos años. Pues sí que tiene trabajo la historia. Para que luego se quejen los jueces.

Friday, November 14, 2008

Perspectivas


Nunca había subido a la Giralda (y no entiendo por qué un amigo me llama giraldilla desde hace años). El domingo lo hice por primera vez y vi desde arriba algo que nunca vi desde abajo: su sombra. Desde arriba no pude ver, sin embargo, algo que puedo ver desde abajo: el río. La perspectiva es la culpable en ambos casos. Creo.

La foto es de Jesús Villar Movellán.

Thursday, November 13, 2008

Eleanor Rigby



Al parecer, un documento oficial hace pensar ahora que el personaje de los Beatles es real. Y tanto. Con documento o sin él, no hay más que to look at all the lonely people.

Wednesday, November 12, 2008

Soy el hombre delgado que no flaqueará jamás


Y hablando de poesía (y escuchando a Bunbury), aquí dejo ésta de Pedro Casariego. Y ésta:

Sospechan de nosotros

Ha habido un juicio y ha sido condenado. Yo no soy quién para juzgarlo. A mí que dejen con su poesía.

Sospechan de nosotros. Ha pasado
el primer autobús, y nos sorprende
en el lugar del crimen,
desatados los cuellos y las manos
a punto de morir, abandonándose.

Nos da el alto la luz,
sentimos su revólver por la espalda,
demasiado indeciso,
su temblor en nosotros, encubierto
bajo el pequeño bosque de las sábanas.

¡Corre!
¡Coge el amor y corre cuerpo adentro!
Hay un desfiladero sin leyes en los labios,
un laberinto ardiendo de salidas.
Mira tu corazón o tu cintura,
ese castillo en alto
que mis muslos coronan como un lago de niebla.

¡Corre!
Atiende sólo al viento de la piel
pasando y regresando.
y que suenen las ráfagas,
que suenen los disparos,
que las sirenas suenen a tu espalda.


Luis García Montero

No se froten los ojos, es mentira


¿Por qué la gente se creyó la guerra de los mundos y sospechó al primer instante del fin de una guerra?

Thursday, November 06, 2008

Cualquiera puede ser presidente



"El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha bromeado este jueves en el Kremlin sobre el presidente electo de EEUU, Barak Obama, del que ha dicho que es "joven, guapo y está bronceado", lo que, a su juicio, es un buen comienzo para impulsar las relaciones entre Moscú y Washington", Efe.

Un rollo

La palabra rollo en la RAE tiene 20 acepciones. Anoche envié este SMS, "un rollo", a cinco personas -dos mujeres, dos hombres y un mariquita, según se autodefine él mismo- para ver por dónde salía cada uno. No esperen grandes conclusiones, porque la muestra del estudio sociológico no puede ser más pequeña.

1. El que me siguió el rollo.

Yo: Un rollo.
Él: El qué?
Yo: La noche.
Él: Por qué?
Yo: Porque no está lloviendo café.
Él: Es que si llueve café no dormimos. Por la cafeína, claro.
Yo: Y por el ruido de los granos de café.
Él: Cloro, cloro. Estás enloquecida, chica.
Yo: Esto es un estudio sociológico.
Él (a la mañana siguiente): Cómo quedó tu estudio sociológico? Voy a tomarme un café. De lo que ha llovido esta noche, eh.

2. El que pasó de mi rollo:

Yo: Un rollo.
Él (al día siguiente): Pues sí. Un rollo.

3. La que me soltó el rollo:

Yo: Un rollo.
Ella: El qué?
Yo: La noche.
Ella: Jaja. Yo estoy cansada.
Yo: Esto es un estudio sociológico.
(Me llamó al día siguiente para echarme la bronca por despertarla y preguntarme si el estudio era para la tesis)

4. La que me cortó el rollo.

Yo: Un rollo.
Ella: Quién eres?
Yo: Yo, es que estoy haciendo un estudio sociológico!
Ella: Tengo el móvil roto. No reconoce números. Vaya Tela!

5. Y el mariquita, que, como siempre, fue a su rollo.

Yo: Un rollo.
Mariquita: Q?
Yo: La noche.
Mariquita: Yes, we can't

Pues eso, un rollo.

Monday, November 03, 2008

La abuela del presidente


No ha necesitado esperar a los resultados
para saber que su nieto ganará.

Sunday, November 02, 2008

Un lujo único



Fue un lujo escuchar anoche a Herbie Hancock en el Maestranza. Es un lujo, en estos tiempos, disfrutar de alguien que disfruta, a su vez, con su trabajo. El tío es un genio cachondo, sin aires de grandeza. Sabe diluirse en su piano para que su banda brille, componente a componente. Y poco a poco, nota a nota, Hancock vuelve tímidamente hasta aprisionarte en su piano. Es un lujo estar ahí, con ese pedazo de sonido en directo, cerrar los ojos y no pensar en nada. Es como si estuvieras dentro de una película. Es tu banda sonora. Te acerca imágenes. Momentos. Te inventas otros. Es como si te enchufaras a la batería del escenario. Fue un lujo escuchar anoche a Hancock en el Maestranza. Y fue un auténtico lujo regalar la entrada que me sobraba (me dieron plantón) a un tipo cualquiera que buscaba desesperadamente una reventa. Paco, ese tipo cualquiera, fue el único que bajó a darle la mano al gran Hancock al finalizar el concierto. Recién llegado de Alemania, con su gorra y barba de siete días, Paco fue el único que dialogó con el gran Hancock desde su asiento, a gritos. Paco fue el único al que vi moverse en la silla, el único que bailó y el único, evidentemente, que me ganó por completo. Fue un lujo absolutamente gratis. "Su medicina me ha salvado", me dijo Paco. Y así se lo hizo saber a Hancock, otro tipo único.