Tuesday, October 28, 2008

Cómo me afecta la crisis

El cambio de vestido me ha pasado factura... con la tele! Llevo una semana sin tele. Se puso negra y nunca más supe de ella. Busqué y rebusqué la garantía. Pero no la encontré. Estaba claro. Me dio por mirar otra vez en una cajita que tengo con gilipolleces varias y ahí estaba: el ticket de los 600 euracos. Voy a la tienda esta tarde para que me den una nueva. Pero la tienda ya no existe. La tienda ha cerrado. La crisis.

Entrevista al periodista

Hoy, echando una primera ojeada a los periódicos por internet, me quedo con dos entrevistas a dos periodistas: Ana Blanco y José Antonio Zarzalejos. La primera presume de independencia; el segundo se queja de las presiones. Y yo me voy a desayunar. Saquen conclusiones.

P.D. Mi abuela también me preguntaba si tenía peluca.

Monday, October 27, 2008

Genialidad al cuadrado


Tremendos.

La torre

Todos deberíamos construir una torre,
nuestra torre, como la de Suso.
Porque a veces, desde abajo,
somos incapaces de observar
que los pájaros, pese a estar ahí, existen;
que la lluvia, pese a mojarnos, es real;
que el sol, pese a alumbrarnos, quema.
A veces, es necesario subir arriba
para observar que nuestra vida
tiene sentido ahí abajo.

Saturday, October 25, 2008

Palabras para ti

Aquí dejo varias versiones de Palabras para Julia, con la absoluta seguridad de que si hoy las escuchara con la primera persona que me dedicó el poema:

1. Nos emocionaríamos con ésta.

2. Empezaríamos a reírnos con esta otra.

3. Y nos descojonaríamos con la tercera.

P.D.: Por si no te acuerdas de que eres tú, ahí va un extracto de un email que me enviaste hace años: "Buenas noches. Éste es mi primer mensaje desde mi nueva conexión a internet. Mañana cuando me levante veré a mi chico, pero tengo tan mala sensación de esto que no tengo ni ganas. No sé, tengo mal rollo, estoy empeñada en que algo falla en general y así pues claro, falla. Me ha salido muy bien la entrevista esta tarde, tengo totales muy muy buenos de la mujer maltratada, supongo que los comprará informativos para ese día que es muy señalado y siempre los testimonios son jugosos (...) Bueno, y ahora te voy a escribir un poema, jajajja, porque si no no sería yo. Nunca te lo he leído, y no pertenece a la poesía de la experiencia. Es muy famoso, creo que se ha hecho incluso una canción. Es de José Agustín Goytisolo y se llama Palabras para Julia. No se por qué he elegido éste pero quería que lo conocieras. Sobre todo quiero que lleves contigo siempre un párrafo, lo escribo en mayúscula: (OTROS ESPERAN QUE RESISTAS, QUE LES AYUDE TU ALEGRÍA, TU CANCIÓN ENTRE SUS CANCIONES).

Friday, October 24, 2008

Mafiosada (o cómo ir de etiqueta con la etiqueta)

Acabo de hacer una mafiosada. Que tenéis tres bodas seguidas y no tenéis un pavo para comprar vestidos? Muy sencillo, he descubierto una nueva técnica: alquiler de ropa nueva. Os explico. El otro día, horas antes de la tercera boda del mes y harta de ponerme el mismo traje, me fui de compras con la tarjeta de crédito en mano. Vi tres muy chulos y, como no sabía cuál elegir, compré los tres. Con la intención, eso sí, de devolverlos todos. Sí, incluido el que me pusiera. ¿Cómo? No quitando la etiqueta ni, por supuesto, la bolsita con botones adjunta.

Muy bien. Pues llegó la boda y todo fue perfecto hasta que a Alvarito le dio por mi espalda. "Dios mío, que no la toque, dios mío, la va a descubrir, dios míoooo, va a decir que se me ha olvidado quitarla, dios mío, delante de todo el mundo, diosssss, va a arrancarrrr la etiquetaaaaa", pensé en una décima de segundo. Una décima de segundo después pasó un plato de jamón y mi espalda se fue a un segundo plano. Al final, como el vestido triunfó, decidí quedármelo, pero hoy descubrí que tenía una pequeña mancha. Y, claro, como no puedo llevar a la tintoría un vestido con etiqueta, decidí devolverlo. Así de fácil (como decía Bogart). Y de la tienda vengo, muy feliz, de devolver los tres, incluido el usado.

Pero ésta no es la verdadera mafiosada. La verdadera mafiosada es que, al devolver el que usé, le dije a la dependienta: "Éste lo devuelvo porque tiene una pequeña mancha, pero, si tuviérais uno igual de la misma talla, me lo quedaría". Antes, evidentemente, me había dado un paseo por la tienda para asegurarme de que había. "Sí, sí, Maca, trae un vestido como éste de la pequeña, que el que se llevó tiene una mancha". Y aquí estoy, con un vestido nuevo, limpito y sin arrugas. Eso sí, la próxima vez que me lo ponga, le quitaré la etiqueta.

Thursday, October 23, 2008

No tengo

Son las cinco de la madrugada. No tengo un duro en el bolsillo. Ni papel higiénico en el baño. Ni pañuelos de papel. Ni servilletas de papel. Ni rollos de papel de cocina. El único papel que tengo a mano es un folio doblado con varias órdenes: "Compra detergente, lejía, limpiasuelos (bote verde), suavizante, bayetas amarillas (y si hay de microfibras, mejor)... tiende la lavadora que he dejado puesta y, si te animas, pon otra, que el cesto de la ropa sucia está a rebosar". Justo al lado, hay un libro que compré hace unas horas, apenas dos minutos antes de que cerraran la tienda. Leo la primera página.

"En aquellos tiempos siempre era fiesta. Bastaba salir de casa y atravesar la calle para volvernos locas, y todo era tan bonito, especialmente de noche, cuando al regresar, muertas de cansancio, esperábamos que aún sucediese algo, que estallase un incendio, que naciera un niño, o quizá que llegara el día antes de lo debido para que la gente pudiera salir a la calle y continuar andando, andando hacia los prados, hasta más allá de las colinas.
-Sois sanas, jóvenes, unas muchachas -decían-, se nota que no tenéis preocupaciones.
Incluso, una de ellas, aquella Tina que había salido coja del hospital y no tenía qué comer en casa, reía, como las demás, por nada. Una noche, trotando tras las otras se detuvo y se echó a llorar porque decía que dormir era una estupidez y robaba tiempo y alegría", El bello verano, Cesare Pavese.

Son las cinco y pico de la madrugada. A las nueve tengo revisión médica. No tengo sueño. Ni papel higiénico en el baño. Ni pañuelos de papel. Ni servilletas de papel. Ni rollos de papel de cocina. El único papel que tengo a mano es un folio hecho trizas.

Pues eso


A disfrutar.

Wednesday, October 22, 2008

Sueño goloso

Me fascina soñar dormida. Mucho más que soñar despierta. Cuando sueño despierta sé que lo que veo es mentira. Cuando sueño dormida, sé que lo siento, veo, huelo, toco, vivo, oigo... es absolutamente verdad. Como anoche. Anoche soñé con olas de chocolate. No soy supersticiosa, pero hoy me entró curiosidad. Soñar con olas, dice una página en Internet, tiene muchos significados: si son grandes y te persiguen, va a haber algún cambio drástico en tu vida; si te llevan, pero las controlas, es que todo marchará normal. Yo soñé que se agrandaban a medida que se acercaban. Pero justo cuando pasaban por encima de mi cabeza se solidificaban. Eran alucinantes. Soñar con chocolate, dice otra página de Internet, también tiene varias interpretaciones: o que uno quiere darse una recompensa o que uno se está permitiendo demasiados excesos. No sé por qué soñé con olas de chocolate, si es bueno o si es malo, pero el trocito que probé estaba riquísimo. Quiero más.

Tuesday, October 21, 2008

La magia de Cortázar

Quien me conoce, sabe que me encantan las casualidades; quien me conoce muy bien, odia que le ponga la cabeza como un bombo con mis casualidades. Y a quien no me conoce, le regalo uno de los fragmentos más deliciosos (para mí) de Rayuela.

"Y era tan natural cruzar la calle, subir los peldaños del puente, entrar en su delgada cintura y acercarme a la Maga que sonreía sin sorpresa, convencida como yo de que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y que la gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel rayado para escribirse o que aprieta desde abajo el tubo de dentífrico".

Y por eso las Lucías y los Horacios Oliveiras se encuentran en Madrid (o donde sea) en una calle inexistente y sin avisar.

Sunday, October 19, 2008

Faro


Lucía estaba por todas partes. El sexo, también.

Post-boda

-¿Te gustan las tostadas quemadas?, preguntó él sin saber qué hacer con dos rebanadas negras.
-No, respondió ella.
Y me dormí.

Una hora antes... seis personas en un taxi. Siete de la madrugada.

-Me da rabia que haya que casarse, porque las parejas que no se casan no tienen lavadora centrifugadora, dijo ella.
-Claro, lógico, pensaron el capo y los demás.
-Moja y seca a la vez, remató ella.