Friday, February 27, 2004

Hoy me habría conformado con cualquier cosa. Con unos macarrones del Ginos. Quizás con una película de vídeo. O puede que con un sofá cómodo donde estirar las piernas. Pero no. Una vez más, las cosas, por sencillas que parecen, se enredan y me arrojan a su enredo sin consideración alguna. Al final, la vida me enseña a ponerme el delantal para no mancharme de tomate cuando no puedo ir al Ginos. Y cuesta, pero me acostumbro a atarlo a mi cintura como algo cotidiano. ¿Que el videoclub está cerrado o me da vergüenza ir porque me acosan a llamadas para que devuelva la cinta de hace tres meses? No pasa nada. La vida también se encarga de recordarme que la película tan sólo es alquilada. No sin dolor y con recargo, la entrego. Y sustituyo la tarde con cualquier bodrio de la tele. Pero qué va. La vida tampoco me deja sola cuando le pido cuentas por las cuatro tablas que me vendió por sofá, porque me recuerda que el lote incluía unas cuantas sillas. Acabo recogiéndolas del montón donde yacían arrumbadas. Y no me queda otra opción que desplegar mis piernas sobre ellas.
Hoy me habría conformado con cualquier cosa. Pero me voy a la cama sin nada. Sin ni siquiera sueño, sin ningún sueño que borre el desencanto.

Sunday, February 15, 2004

Señoras y señores, atención: la casta, la pura, ésa que sólo tenía orgasmos con su vejiga a punto de explotar, ésa, sí, la mismísima Lucía (yo para mí), sí, sí, siiiiiiiiiiiigue siendo virgen, joder. Si es que no puede ser. Para una vez que me decido, que se me presenta una ocasión apetecible y después de repetirme mil veces "Lucía, tía, que tienes ya 29 tacos pa andar con tonterías" va y me viene la gilipollas de la regla. Es un poco asqueroso, la verdad. Pero cuando el susodicho (ahora os digo quién es, tranquiiiilos) se disponía a culminar la operación, aquello empezó a arrojar un líquido raro. Si no fuera porque sabía que me tocaba ya, habría pensado que todo fue producto del susto. Y ahí acabó todo porque a mí me hace falta poco para bloquearme. Cada uno a lo suyo. Hemos quedado el finde que viene, cuando todo esté depurado y reciclado. El chico, muy bien dotado, por cierto, es abogado. Un día le vendí unos chuletones de cordero y me lo agradecerá de por vida. Al menos, eso dice. Menos mal que no se los cociné. Dios, menos mal.

Thursday, February 12, 2004

Iba tan tranquila sentadita en mi autobús. Llevaba vaqueros, camiseta roja, zapatillas y chubasquero blanco. Como siempre, con mi discman a todo volumen. A eso que se amontona un grupo en la puerta y me fijo especialmente en el culo de una tía, porque si una tía te estampa el culo en la cara, ¿tú qué ves? Pues eso, el culo de la tía. De repente, la tía se da la vuelta y me dice algo. Evidentemente, yo hago un hueco para que se siente en el lado de la ventanilla, que está libre. Pero veo que no pasa. La tía, con el culo ya en su sitio, seguía gesticulando. Al final tuve que quitarme los auriculares en el estribillo, joder. ¿Y para qué? Os habéis quedado con la ropa que llevaba, ¿no? Pues va y me dice que si yo estaba esperando en la cola de solicitudes para dependienta de El Corte Inglés. ¿Pero es que alguien va a pedir trabajo a El Corte Inglés con un chubasquero blanco y unas zapatillas? No sé, al final voy a pensar que lo de ser cajera se lleva en la cara. Y hablando de llevar... ruego, suplico (para el que lo quiera claro, exijo) que esta temporada se sigan llevando las minifaldas, que tengo que rentabilizar las que no me he puesto en invierno. Por cierto, ¿alguien sabe cuánto falta para que sea primavera en El Corte Inglés?

Monday, February 09, 2004

Que alguien diga que Beckham es un tío sexy, guapo y seductor no es ninguna novedad. Es más, resulta repetitivo y asqueante. No voy a negar que entra dentro de los cánones de belleza aceptados universalmente en estos tiempos que corren. Pero desde luego, el británico dejaría insatisfecha a mucha mujer –y a mucho hombre, claro, que yo no censuro como la Iglesia-. Y como ejemplo, un botón: “o sea” (como diría su novia pija, pero en inglés), yo. Estoy segura de que ese tío no me pondría nada (bueno, casi segura). Mucho dinero, mucha fama y mucha pelota –futbolística-, pero ¿quién me asegura todo lo demás? Y cuando digo lo demás, ya sabéis a qué me refiero. A eso, a eso, al grano. Porque claro, si le preguntan a la tal Victoria no te va a decir que su marido sexy, guapo y seductor es un pasmarote frío, reprimido y soso que se encontró por casualidad. Últimamente, hasta los hombres heterosexuales admiten que Beckham es la caña. Como las mujeres heterosexuales, que también vamos reconociendo, por mucho resquemor que nos provoque, la exhuberancia de la tal Angelina Jolie o el no sé qué de la ya madurita Julia Roberts. En realidad, no sé a dónde voy con todo esto. Pero vamos, si me dejan a elegir entre Beckham y Luis Tosar (por poner un ejemplo de macho español), ummmmm... elegiría a ese mismo en que estás pensando (¿estabas pensando en Reyes, no?)

Sunday, February 08, 2004

AAAAAAAAAAAAA-
AAAAAAAAAAAAAA-
AAAAAAAAAAAAAAA-
AAAAAAAAAAAAAAAA-
AAAAAAAAAAAAAAAAA-
AAAAAAAAAAA....

Friday, February 06, 2004

Azúcar, manteca de cacao, leche, pasta de cacao, suero de leche en polvo, emulgente (lecitina de soja), aroma y trazas de frutos secos. ¿Qué hago? ¿Me lo como o no me lo como? Es una porquería. Pero bueno, también lo puedo mirar desde esta otra perspectiva: "Un gran vaso de leche en cada tableta". Me lo voy a comer. Pero es que... tiene azúcar, manteca de cacao, leche, pasta de cacao, suero de leche en polvo, emulgente (lecitina de soja), aroma y trazas de frutos secos. Aunque claro, también puedo pensar en esto otro: "Toda la experiencia de Nestlé en un chocolate suave y cremoso ideal para toda la familia". No sé, no sé. Es que mi familia soy yo. ¿Me como la tableta entera entonces? Dice que puedo ganar, además, un Skoda Fabia Combi 1.2 64 CV Fresh -reuniendo miles de envoltorios, por supuesto-. Me jode decirlo, pero si el sexo es igual de complicado que el sustitutivo, me canonizarán. De momento, me como el coche, digo el chocolate.

Tuesday, February 03, 2004

Una vez me dijeron que regalabas diez años de vida a alguien si soñabas que moría. Pues bien. Yo, pese a que lo pasaba fatal con esas pesadillas -de sueño, nada-, me despertaba feliz y eufórica cuando de buenas a primeras había obsequiado con toda una década a mi padre, a mi abuela, a mi hermano, a mi hermana, a mi tía, a mi primo... A todos. Ahora que lo pienso, hasta Prodi tiene que agradecerme que aquella carta bomba que recibió hace poco no lo dejara pajarito. Pero tú, mi querido Berlusconi, no envidies a tu amiguito, que aunque en mis sueños coleas más que vives, lo tuyo es que te quiten más que te regalen (me refiero a años, por supuesto, el resto es otra historia). Y con esos liftings, cavalieri, vas sobrao como para también querer profanar mis noches serenas.
El caso es que andaba preocupada porque a quien le regalaría no diez, sino una vida eterna, no había muerto en mis sueños. Y es que hasta para eso es especial: no se perdonaría darme una mala noche. Pues lo siento, mamá, anoche me la diste y bien. Pero no sabes cuánto me alegro.